Los hermanos Marx - Eduardo


                                                        SOPA DE GANSO



Ya desde “el regador regado” 1895, por muchos expertos designada como la primera película cómica de la historia del cine, es apreciable el importante papel que la agresión y la violencia física desempeñan en el mundo de la comedia.

Tratándose de este tema ni los más fervientes admiradores osaran negar que los seres más despiadados y crueles que existen en el cine son los Hermanos Marx, sumos sacerdotes de la destrucción y alegres profanadores de toda suerte de valores.

Y si nos referimos a la persistencia en la comedia del tema de la humillación física y moral tan recurrente en esta, es también forzoso hacer un inciso acerca de los Hermanos Marx . Porque en su caso ya no se trata de humillar y vencer a sus oponentes sino de un puro y simple proceso de demolición. Todo cuanto se halla al alcance de los Marx, sean personas o cosas, no tiene otra alternativa que verse completamente arrasado y volver al caos de los primeros días de la creación. Cada uno desarrollo técnicas de depredación diferentes, en especial Groucho y Harpo, pues aparentemente Chico prefería situarse en una postura que podríamos calificar como de perpetua disponibilidad hacia la agresión. Groucho, en su típico estado de irascibilidad permanente, hacía blanco de sus oponentes de injurias cada vez mas sangrientas, en particular a una dama de actitud severa, digna y matronal que atendía como señora Rittenhouse, señora Teasdale, señora Claypool, señora Upjohn o señora Dukesbury, todas ellas encarnadas con ejemplar entereza por Margaret Dumont, a la que debemos recordar como una de las mas grandes actrices de carácter del cine.

Incapaz por su mudez de los desmanes orales, Harpo se distinguió por el empleo de los procedimientos mas temibles, pero era juntos, sobre todo, cuando los Marx se convertían en la mas potente y definitiva maquina de demolición que probablemente haya conocido el cine. Sus enemigos en la pantalla parecen creados ex profeso para ser destruidos por ellos.

Esa idea era de importancia vital para sus películas, en las que reina la idea de un mundo sin sanciones ni obligaciones que forzosamente tenia que atraer a todos los espectadores ya que la posibilidad de vivir en una libertad absoluta sin tener que rendir cuentas a nada ni a nadie ha sido desde siempre una de las obsesiones primeras del hombre. Eso explica el éxito de los Marx como su osadía frente a valores hasta entonces tenidos poco menos que por intocables como la ridiculización sistemática del patriotismo, del heroísmo, de los soldados que van a morir en el frente, sin olvidar finalmente la histeria nacional de un país, a la que pusieron música antes de que Hitler declarase la guerra al mundo. SOPA DE GANSO  no solo es la más eficaz y completa expedición de castigo que unos cómicos hayan llevado a cabo en una sola película, sino que además es una prueba contundente de que la libertad puede estar al lado de la anarquía.

La violencia, el espíritu destructor de la comedia no se ejerce únicamente sobre personas o cosas. La incorporación de la palabra al cine dio al cómico un arma nueva para enfrentarse con la realidad circundante, cuyos efectos se han revelado particularmente corrosivos en ocasiones. Con los Hermanos Marx el lenguaje no es siempre el vehículo de expresión de un razonamiento lógico, sino todo lo contrario.

Con Grocho se lleva a cabo un proceso sistemático de pulverización del lenguaje, despojando a las palabras de su contenido semántico para que podamos penetrar más libremente en el universo surrealista al que pertenecen. Cuando en SOPA DE GANSO Groucho pregunta durante el transcurso de la batalla : “¿Hay alguna respuesta a nuestro mensaje?” y al contestarle negativamente dice “ Entonces, no lo envíe “, esta destruyendo el significado convencional de los conceptos en que se basa nuestra lógica, nuestro conocimiento del mundo…la suya es otra lógica.

A través de la demolición sistemática de personas, cosas o palabras, la comedia cinematográfica ofrece siempre un intento de destrucción del mundo, ya sea para hacernos tomar conciencia de sus limitaciones, ya sea para reconstruirlo a su gusto.

En cualquier caso a través de estas comedias aparentemente de evasión, se hacen patentes la inseguridad perpetua del hombre y de la sociedad en que se vive.

Último de los 5 films de los Marx realizados por Paramount. Se basa en un guión original. El productor fue Herman J. Mankiewicz (hermano de Leo). No obtuvo el éxito que se esperaba.
La acción se sitúa en un país imaginario centroeuropeo, Freedonia, vecino de Sylvania. La falta de recursos mueve al Consejo a pedir a la rica viuda Gloria Teasdale (Margaret Dumont) un préstamo de 20 millones de dólares, que ella acepta conceder si se nombra presidente del país a Rufus T. Firefly (Groucho), de quien está enamorada. El malvado Trentino (Louis Calhern), embajador y presidente de Sylvania, planea anexionarse Freedonia. Envía dos espías, Chicolini y Pinky (Chico y Harpo) para obtener información que desprestigie a Firefly y a la bella Vera Marcal (Raquel Torres) para que le seduzca y le prive del favor de Gloria. El humor se basa en la incoherencia de los personajes (nunca se sabe por dónde van a salir), excelentes gags verbales y visuales, la caracterización de los protagonistas, situaciones absurdas y surrealistas. La obra incluye frases ingeniosas: "¿A quién vas a creer, a mi o a tus propios ojos?", "No permitiré injusticias ni juego sucio, pero si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, le pondremos contra la pared y daremos órdenes de disparar", "Si nos encuentran, estamos perdidos". Contiene parodias sorprendentes: la de los musicales de la época y las imitaciones de Paul Revere (héroe norteamericano de la Independencia), Lee, Grant y otros. Son sobresalientes las escenas del juego de sombreros, el puesto de venta de limonada (un crescendo de irritación), el espejo inexistente. Son antológicas la fiesta de bienvenida del presidente (acogido como un mesías salvador), el canto, baile y saltos de los diputados tras la declaración de guerra y la batalla final (evocada en numerosas ocasiones). El humor corrosivo y demoledor de los Marx ridiculiza la figura del tirano, el régimen dictatorial y la guerra.

Benito Mussolini prohibió la película en Italia ya que la consideró como un insulto personal hacia él. Los Hermanos Marx se mostraron muy satisfechos por esto. La cosa es más curiosa si se tiene en cuenta que la película de Charles Chaplin El gran dictador no fue prohibida totalmente, sino que se censuraron las escenas en que aparecían Napoloni (caricatura de Mussolini) y su esposa Rachele. La ciudad de Freedonia de Nueva York, se quejó de las posibles implicaciones negativas que la película podría ocasionar en la ciudad. Los Hermanos Marx, con su estilo habitual replicaron: “Cambien el nombre de su ciudad: Hace daño a nuestra película."

La imagen de Sylvania que aparece al principio de la película, corresponde a la ciudad granadina de Loja. Como homenaje a esto, dicha ciudad le ha dado el nombre de mirador de Sylvania al punto desde donde se tomó la fotografía.

3 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Me encanta lo de "si nos encuentran estamos perdidos" la verdad es que yo solo he reído con ganas recordándolo.
Del gran dictador me encanta el culto al falo, al poder en la barbería entre Hitler y Mussolini ambos subiendose la silla un poco más que el otro hasta que uno de ellos cae no me acuerdo ahora quien.
La ironía y el humor engrandece el cine.

Vicent

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Me encanta el gag.

amparo gonzalez guerrero dijo...

Ya he dejado mi comentario en mi facebook. Amparo González Guerrero.