MEDIANOCHE EN PARIS - EDUARDO GUTIÉRREZ




Me decido a escribir algo sobre esta genial película de Woody Allen porqué después de haberla visto me sentí invadido por un "encantamiento" con todo su significado y significante, no sólo es que esta película me haya gustado muchísimo, sino que he salido del cine realmente contagiado por esa mágica experiencia que le ocurre al personaje principal, es decir una toma de conciencia. Nada mas mágico que tomar conciencia de nuestro propio yo y nada mas enriquecedor que reflexionar sobre lo que somos o queremos ser. Puede ser también debido a que parte del simbólico cultural que tiene Woody Allen (El protagonista no es otro más que él)
a mí también me fascina y es un poco parte de mi vida, de mi simbólico y de mi real, no sólo se trata de afinidad es algo más, podría decir que si en mi real escuchase como fondo una banda sonora está seria una melodía de Cole porter y quizás también porque comparto algún Demiurgo de los que pueblan el simbólico del escritor protagonista (estupenda la interpretación de Owen Willson que nos permite reconocer en él al alter ego que representa, un Woody Allen siempre entrañable) y si no son exactamente los mismos demiurgos (Picasso podría serlo) si ese concepto que es puramente Romántico de tener como dios al genio creador de la cultura, el poeta, el escritor, el pintor... estos conforman parte de mi simbólico y son también el lecho en el que yo crezco espiritualmente.
Está claro que estoy encaminando mi análisis desde los conceptos más puramente románticos y es que para mí Medianoche en París (el titulo acompaña esta idea) es quizás la película más romántica de Woody Allen sobre todo por el predominio que hay del universo subjetivo, nos presenta a un personaje que toma conciencia de su yo frente al mundo que le rodea y nos traslada como por "encanto" a lo más subjetivo de sí mismo a través de esos mágicos viajes que realiza puntualmente cada medianoche en ese coche que como Caronte le transporta al mundo de los muertos, al tiempo pasado de los años 20, para desde allí reflexionar sobre su vida, desmitificar el mito, y para devolvernos finalmente a un hombre que se encuentra a sí mismo convencido de lo que busca en su vida. Esta invención de Woody Allen para trasladarnos al interior del protagonista y mostrarnos su conflicto con su realidad me parece magistral, no porque sea novedosa que no lo es, sí porque lo hace de tal modo que no se aparta del tono discursivo que quiere darle a su relato, el de la fabula clásica y el cuento, y nos traslada al ámbito psicológico sin ningún dramatismo forzado.
Me encanta como el personaje de esta manera puede establecer un discurso consigo mismo (En realidad todo es un soliloquio) recurriendo a los personajes que conforman su simbólico sin entrar en ningún dialogo pedante (Todo lo contrario a lo que representa Michael Sheen, el amigo en la realidad) .
El escritor conversa con Gertrude Stein (Si hay aquí Demiurgo es ella), baila con Djuna Barnes y se enriquece con los Fitzgerald, Hemingway, Dali o Buñuel, se cuestiona la veracidad de su amor y de su Locus Amoenus con Adrina, para volver a su realidad seguro de sus valores y poder así encontrar (maravilloso final) a la persona que si podrá acompañarlo a lo largo de su vida "paseando por un París bajo la lluvia" .(Interesantes reflexiones sobre la importancia de tener simbólicos coincidentes para que un amor perdure...).
Maravilloso canto al yo, al individualismo y a la conciencia de lo subjetivo frente a los valores racionales y acomodados que gobiernan las vidas de los otros personajes donde la imaginación brilla por su ausencia y cuya única fascinación es la de la utilidad , el discurso capialista y el discurso universitario como el que tienen los padres y el amigo pedante.
Algunos dicen que el Romanticismo ya no se lleva, yo me pregunto qué entienden algunos por el termino romántico.

5 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Efectivamente Eduardo ¿qué entienden por romanticismo? la verdad es que éste es la única forma de llegar a nosotros mismos, tú y yo, que hemos bebido de los románticos, desde el siglo XIX al XX lo sabemos y también sabemos que todos los discursos son utilizados por nosotros pero quizá el del análisis o del analista sea el que debemos fomentar, lo simbólico es muy importante en Allen y también en nosotros dos al igual que en todos los hombres y mujeres a los que el verbo les ha pegado fuerte, a los que nos ha marcado, y hablo del de la Biblia, el lenguaje, siempre imperfecto nos da quizá la divinidad, aquello simbólico ¿es lo divino? lo real lacaniano, el inconsciente es Dios.
Me congratulo hasta el orgasmo de verte un escrito, y espero que te abras ¡inmediatamente un blog! ¡Y publiques! tienes mucho, mucho que decir y gente como yo que te leerá y te escuchará, y decirte que habré de ver la película, puesto que la tolerancia es una asignatura que ha de superar el nuevo hombre el último hombre y la sociedad tanto en el ámbito individual como el colectivo y eso lo sabe Allen que hace ¡Lo que quiere! Así quiero ser yo.

Un gran beso de Vicent y venga por el blog.
No te lo exhorto pero la verdad es que me gustaría leerte más a menudo Eduardo.

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Hay que escribir y lo has hecho, por lo que veo, como se recibe el agua de una ducha en verano, o como se lanza uno a la piscina, dejándose llevar, dejándose llevar...

afernandez dijo...

me gusta

Anónimo dijo...

muy interesante tu "análisis". Me has sorprendido con tu relato. Enhorabuena!
Hasta la próxima peli que te llene tanto

Anónimo dijo...

Excelente pelicula y analisis mas que interesante!