AMPARO FERNANDEZ

PERDIENDO EL MIEDO A LA NAUSEA

Cuando lo simbólico, se hace perdurable y caótico donde no hay un fin, donde ese espejo que te reflejas y cuanto más cerca estás, más te alejas. Esa indescifrable, pero irrepetible palabra mal puesta, y puesta del goce de esa nausea que se tiene, que cuando estás con el otro, o tu mismo/a vomitas y sigues vomitando el desfile de la muchedumbre, que la soledad, lo vivo hace de esa esfera un motivo que acelera tu corazón.
Es entonces, cuando esa nausea se ve más lejana y esa tristeza se para. Pero que al poco desaparece, y coges ese hilo, ahuecado, embarrullado y deshilado, y lo trenzas con dulzura para que esa inhalación corta de felicidad, brote, transportando ese goce a tu espejo, y veas lo que se refleja. Miras cautelosamente, ves el reflectante al camino del deseo, de comprender aunque vuelva pero sabiendo que esa pequeña pisca de sonrisa brote.
Y suspirando te diga si puedes, puedes, y lo imposible se haga posible.
La cadena vaya uniendo a cada una o uno de diferente mundo el suyo. Pero que sea parte inolvidable de ti y ese tiempo vivido recorra con tu ilusión diciendo, si puedes, puedo lograrlo.
Y al otro lado en ese hueco cristalino del mar y montaña haya una meta y un proyecto.
Recibir del otro lo que he descubierto, o tu hayas descubierto de mi, compartiendo, amando y no siendo perfecta, porque aunque afiladas rocas se interpongan yo, tú, si puedo, puedes lograrlo, si puedo, puedo lograrlo, pero deseando y no cayendo el eco del otro sino mi sueño, mi proyecto, mi deseo. O tu sueño, tu proyecto, tu deseo, si puedes, se que podemos lograrlo y cogidos o solo subimos, distante ¡no! Más unidos.
Sí puedo, puedo lograrlo.

2 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Quizá en el saberse independiente pero necesitado del otro, es decir, en lugar del sujeto social estemos consiguiendo que muchas cosas sean posibles, a pesar de que hay otras que como todo tiene un límite, no sean posibles.
La soledad hace imposibles muchas de las cosas que en compañía parecen fáciles.
¿Cómo te ha ido el libro? te das cuenta como dice lo que explica Lacan, que el lenguaje somos nosotros mismos, que habla en nosotros, en el sentido en que somos lenguaje, y finalmente cómo descubre que ha de hacerse escritor.

Un abrazo

Vicent.

Vicent Llémena i Jambet dijo...

La verdad es que se ve en esta segunda lectura una salida a ese infinito femenino de la histeria, ya no te haces la pregunta ¿que quiere mamá?
Si dejas de hacértela un momento has ganado, y estas pequeñas victorias son las que hay que cultivar, con la imperfección que hemos de digerir, el mundo es imperfecto y hemos de digerirlo. Lo demás viene solo, tu ánimo, tu victoria, tu ilusión, todo viene solo si dejas de hacerte la pregunta.
¿Te das cuenta Amparo como la náusea es un poco el principio de nuestra forma de ser? ...todo empezó como una enfermedad...
Pero qué seríamos nosotros si no hubiésemos tenido esa náusea...