AMPARO FERNANDEZ

DISFRAZ

A veces la agonía
disfrazada de mentira.

Esconde la tristeza
que parecía perdida.

Aparece de nuevo
el goce tambaleando lo vivido
queriendo escapar
muere lo existido.

Quieres no vivir
para que todo desaparezca
huyendo, atrapando ese goce.
Revuelves, masticando,
tragando la angustia
volviendo a repetir.
Una, y otra
lo mismo que aprendiste
o creías aprender a rehuir.

La agonía siempre presente.
Quiero que no este,
pero aparece
y se vuelve a quedar
marginándome
de los instantes y momentos
que intento y efímeros
quiero guardar.

Entonces, respiro
suelto lo escondido.
Destapo la tristeza
aguanto e intento sonreír.
Alejando y viviendo ese sufrir.

Cojo mi maleta
meto palabras repletas
que gritan desde lo profundo
expulsando, espantando cada minuto
quedando solo uno.

3 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

El minuto que queda es el del dolor de existir, el de la angustia de saberse vivos, hay que tener un lugar para la alegría pero también un lugar para la angustia, y ese lugar es la voluntad.
La voluntad del deseo, que no la voluntad de la fuerza, la primera te hace rodar tanto hacia abajo como hacia arriba pero poniendo los límites, y es ella misma quien los pone. Relájate y vive, hay veces que el malestar lo creamos poniendo barreras a nuestro deseo.

Un abrazo bien fuerte

Vicent.

Eduardo dijo...

Los instantes y momentos vividos tienen que ocupar el lugar de experiencia vivida pero aceptando que lo que amamos es efímero y perecedero. Esta es la queja de todo poeta que se posa en la diversidad de las cosas y busca "verdades" pero no acepta la verdad de que todo se pierde, de que cada día es un día nuevo y diferente y esa no aceptación de lo efímero crea angustia y hasta es el goce del poeta. Me acuerdo de Machado cuando decía en su poema Sueño:
"Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.
...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.

Despertar cada día con el temor de perder aquello que amamos nos crea esa tristeza haciendo que todo parezca tan frágil como esa pompa de jabón. La memoria todo lo olvida pero sabemos que somos experiencia vivida y que aquello que somos es el resultado de como hemos vivido, de como hemos amado, y esto si es siempre un presente que nos acompaña.
Un beso

Anónimo dijo...

Lo siento pero esta poesía no la entiendo, no me ha llegado dentro. Leyendo los otros comentarios me aclaro un poco más, pero sigo sin comprender lo que quieres expresar. Espero que a tí te haya servido para reconfortarte sacando todo lo que tienes en tu interior. Con esa esperanza me quedo y te vuelvo a decir LO SIENTO. Gracias por compartir tu creatividad a todos los niveles. Hay veces que no entendemos pero nos sirve de todas formas porque nos comunicamos de la forma que mejor sabe hacer cada uno. Bravo por crear esta poesía aunque yo te diga que no la comprendo, eso no significa que no te aprecie. Leo y leo otras que sí que me llegan y eso para mí es muy importante.
merfri